En cierto momento de mi vida, acepté hacer proyectos en una empresa mientras trabajaba en otra empresa... a dos cuadras de distancia de la otra.
Esa doble vida era una locura, es decir, atendía reuniones en un lugar y en el otro en el mismo horario. Mientras corría a cada reunión, en la calle me quitaba el uniforme y me lo volvía a poner mientras regresaba a la otra empresa en múltiples ocasiones.
Esa doble vida funcionó, pero no hubo paz: cada paso en la calle era estar alerta a no encontrarme gente que me pudiera reconocer.
Fueron 6 meses donde luchaba con mantenerme trabajando y distraido de mi estres emocional, trataba de superar el gran desastre de setiembre de 2015, superé mis demonios mentales y me di más oportunidades creando videojuegos hasta la fecha.
Se sintió como la película "En busca de la felicidad", tras una gran crisis, encontré mi camino de vuelta.
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